MASCARADA ( Cuento anterior: VOLUTAS)
Cuan hermosa era esa noche en que el cielo parecía un enorme manto azul intenso tachonado de pedrerías, por los millones de estrellas que esa noche brillaban aún más intensamente que nunca, así al menos parecía a mis ojos que, como si fuera vez primera, miraban e3l firmame4nto y veíamos más hermoso que otras veces.
Una brisa cálida y perfumada convidaba a salir y a olvidarse de todas las preocupaciones diarias con que el destino en su faz austera trataba de apartarnos de las frivolidades a cuyos brazos nuestra juventud nos empujaba.
Sentía bullir en mi interior una nostalgia de aventuras con que matizar mi vida, que en su monotonía gris, había dejado en el fondote mío alma residuos de tristeza. No t6emnía sueño, ni deseaba acostarme, sino salir y saturarme del misterioso embrujo de esa noche que insinuábame cambiantes emociones muy de acuerdo con las ansias que íntimamente sentía. Era una noche de fines de Octubre y recordé que habían muchos sitios en que la juventud de ambos sexos dábanse cita par5a celebrar las fiestas estudiantiles, que cada año organizábanse con gran entusiasmo y algarabía.
En mi hogar todos habían salido con la finalidad de asistir a diferentes reuniones.
Estaba totalmente solo, no tenía sueño como ya os lo dije, y aún no había cumplido los 21 años, por lo mismo comprenderán el aburrimiento y deseos de aturdirme en alegría, ya sea en placeres o amoríos, escondiéndome en un disfraz de máscara, y así vivir una noche de aventuras. Y decidido interiormente, busqué en los armarios hasta que encontré un traje de Pierrot, que siempre me4 había atraído por la personalidad romántica que representaba, me maquille de acuerdo a las exigencias de mi personaje en el cual transformaríame haciendo desaparecer todo vestigio que me hiciera reconocible a los ojos de mis amigos o conocidos y ajustando un antifaz a mi rostro; contento y con una enorme inquietud interior, encaminé mis pasos al sitio donde se había dado cita todo lo más florido de nuestra juventud estudiantil y que muchos como yo, de diferentes edades, habían acudido, buscando en la locura de una noche contagiada de alegría, el olvido a sus dolorosas cuitas que laceraban sus almas.
Había una muchedumbre que se asemejaba un mar humano en continuo movimiento, matizado con los múltiples colores de los disfrazados. Música repartida en diferentes orquestas amenizaban el ambiente, serpentinas, flores, pitos y cornetas cruzaban el recinto dando un aspecto fantasmagórico, carcajadas , besos y suspiros que emitían una rueda de ninfas y cupidos, como grotescas máscaras me rodearon, cuando atraído por mi sed de aventuras, me mezclé con la inquieta muchedumbre, un poco aturdido, al principio, sin saber donde orientar mis pasos, empujado por la multitud me ví tirador casi en los brazos de una máscara disfrazada de hada de los bosques, la que me envolvió en flores y serpentinas y tomándome de la mano me dijo que ella era el hada salvadora que me libraría de los peligros que me acechaban en esa selva humana que me tenía aprisionado; entusiasmado vislumbré en su cristalina risa muchas promesas y presentí que esa misteriosa hada sería la aventura de esa noche, que deseaba vivir .. ¡Romántico Pierrot!: ¿Buscas a tu perdida colombina? Yo con mi vara mágica te haré aparecer, pero esa colombina que buscas quiero serla yo, convertida en esta hada que te ha salvado de los ogros que te querían devorar, y rió en una alegre carcajada que cual campanitas de plata sonaron en mis oídos. Nos envolvió en ese momento una avalancha de disfrazados que haciendo una rueda nos envolvieron y nos separaron perdiendo a mi ocasional compañera en la aglomeración de máscaras..
Ella había despertado en mí una curiosa atracción y dispuesto a no perderla salí en su búsqueda creyendo hallarla en cada máscara que se cruzaba en mi camino. Así me fui alejando del sitio donde nos conocimos y deambulé por todas partes, siempre con creciente interés , y siempre con mayor decepción, pues era inútil mi búsqueda e inútil también mi empeño en encontrarla. Caminé no se cuanto….¿ una hora? ¿dos talvés ? . Siempre apretujado, empujado de allá para acá,, bañado en confetti y envuelto en serpentinas, cansado, con la garganta seca por el polvo que flotaba en las avenidas y jardines, me refugié en una glorieta poco iluminada. Flotaba en ella un grato perfume que emanaba de sus florecidas enredaderas. Deseaba con ansias sentarme a descansar y entregarme a mi querido pasatiempo como lo llamaba yo al cigarrillo y divagar en mis pensamientos mientras me reponía del cansancio en mi inútil búsqueda. Tan ensimismado me encontraba, que no reparé en que momento había llegado hasta mi refugio un misterioso dominó negro que acaso también había sido atraído por la frescura y el perfume del ambiente o para aislarse de la muchedumbre. No la había sentido entrar o sencillamente en mi aturdimiento no la había percibido allí por la tenue oscuridad o mi aturdimiento cuando entré a la glorieta..
¿Quién sería?. La envolvía su ropaje de dominó, completamente negro. Su rostro no se le podía distinguir pues su cabeza la cubría un capuchón que ocultaba la cara que, inclinada levemente, hacía imposible verla. Por lo demás estaba descartado que con seguridad la cubriría un antifaz. Observaba curioso y, en mi análisis de empedernido conquistador, adivinaba en ella a una misteriosa mujer que presentía bella Suavemente empecé a silbar una canción de moda con la intención de llamar su atención, pero fui defraudado porque ni el más leve movimiento hizo cambiar su actitud. Pasaban los minutos. Terminose mi cigarrillo, el que fue reemplazado por otro, mientras mi curiosidad iba en aumento, interiormente molesto por la total ausencia que demostraba mi acompañante y siempre estaba acostumbrado a ver cumplidos mis caprichos de galán triunfador, pero parece que en aquella noche carnavalesca llevaba las de perder. Había algo tan misterioso que envolvía a mi compañera y me había dispuesto a no moverme mientras no realizara mi anhelo de verle su rostro.
Fueron transcurriendo los minutos unos tras otros y todo seguía igual. Yo cada vez más interesado en descubrir quien era ella y mi acompañante seguía inmóvil como esfinge. Lo único que había cambiado era la temperatura, ya que el calor sofocante de momentos antes habíase convertido en un frío glacial, muy incómodo por el poco abrigo que llevaba encima, pues mi traje de Pierrot era de seda y bastante delgado. Desee un abrigo, pero como me era imposible satisfacer este anhelo no me quedó más remedio que encender un tercer cigarrillo para, en parte, atenuar el frío y calmar mi nerviosidad. Mis ojos escudriñaban su oscuro ropaje y mudo le implor5aba se apiadara de mi curiosidad. Como si hubiera leído mis pensamientos cambió su actitud anterior y echando atrás su capuchón mostró a mis asombrados ojos la cabeza de mujer más hermosa que hubiera podido contemplar, por lo que me di por satisfecho de mi espera, del frío y de mi curiosidad por verla. A una blancura de nieve la cubría hasta los hombros una hermosa cabellera de ondulados bucles negros y unos ojos hermosísimos de indefinible color me miraban profundamente tratando de desentrañar mis secretos. Yo que siempre me tildé de audaz y dueño de mi mismo, me sentí cohibido y enmudecido me volví todo ojos contemplando tan excelsa belleza. Pareció satisfecha de su examen y quizás si leyendo en mi interior mi turbación respetuosa que me cohibía totalmente sonriose imperceptiblemente, lo que me hizo reponerme y queriendo salir airoso de mi embarazosa situación, cogí una perfumada flor de enredadera que colgaba desde la glorieta, hincando una rodilla en tierra como en los caballerosos tiempos de capa y espada le brindé la flor como un homenaje a la más hermosa reina de esa noche. Tomola en sus marfileñas manos y acercándola a sus labios con un gesto de amorosa protección hacia la flor, en esa comunión de ambas no supe qué más admirar, si la belleza de la flor vegetal o la humana, pues fundidas ambas en muda admiración de una hacia la otra, era como mi alma se sentía en una emoción desconocida, deseoso de alabar a Dios que creó tan perfectas criaturas. Me sacó de este arrobamiento el prosaico frío que, penetrando en mí, calaba los huesos. Como hasta nosotros llegaba la lejana música de las orquestas que amenizaban el carnaval estudiantil, invité a mi incógnita compañera a bailar, parte para acercarme más allá, parte para ahuyentar el frío que tanto me molestaba, No rechazó mi invitación y así pude aquilatar cuán alta y esbelta era, pues éramos de un mismo porte y les diré que yo medía 1.82 metros de estatura. Nos enlazamos y empezamos a movernos al ritmo de un vals melodioso y romántico, . Con extrañeza comprobé que siendo tan alta, no sentía su peso, tan liviana era que apréciame que tocara sin tocar el suelo, y el frío aumentaba cada vez más sintiendo por ello desagradable aún el mismo baile. Por experiencias anteriores yo sabía que el baile siempre hacía entrar en calor por la agitación del mismo, pero aquí pasaba lo contrario, pues sólo sentía que me envolvía un hielo de muerte que paralogizaba todo mis miembros.
Sentí la necesidad apremiante de ingerir una bebida caliente o un licor ,espirituoso que hiciera circular el calor por mis venas. Por lo mismo la invité a servirse lo que gustara. Consistió en acompañarme, según me dijo con su presencia pero no aceptando beber o servirse algo, pues no lo necesitaba. Insistí para que bebiera un refrigerio caliente para ahuyentar el frío. Me contestó que este frío era permanente en ella, pero no le molestaba en lo más mínimo.
Las otras máscaras que estaban o entraban al bufett igual que lo habíamos hecho nosotros demostraban padecer de mucho calor, porque solo habían bebidas heladas y se abanicaban para ahuyentarlo. En realidad, no llegaba a comprender porqué yo y mi misteriosa acompañante estábamos tan fuera de lo normal; la estación era primaveral y todos, a excepción de nosotros, demostraban un intenso calor. Para mí, si no hubiera sufrido mi cuerpo ese frío extraño que tanto me atormentaba, esa noche carnavalesca hubiera olvidado que vivía en la realidad de un mundo que tiene muchas caras y facetas a veces de crudo realismo, para que hubiera gozado mi alma con la fantasía de un mundo irreal, viviendo una ilusión que ya tejía en el fo0ndo de mi mente con mi incógnita y hermosa acompañante, pero ese frío perturbaba mi seriedad impidiéndome gozar ampliamente el encanto de esos momentos en la compañía de mi fascinadora conquista ,como yo la creía en mi donjuanesco afán de empedernido conquistador de corazones femeninos. Quería sondear con impertinente curiosidad en su vida,. ¿Quién era? ¿Cuál era su nombre? ¿y qué misterio ocultaba su vida, su belleza
Decidido a intimar y lograr mi propósito le insinué que nos retiráramos a un lugar apartado, ya que termionado el refrigerio no había motivo que continuáramos allí, y buscamos nuevamente el camino de nuestra glorieta en que por una feliz casualidad nos habíamos conocido. Y talvés comprendiendo mi rpropósito por saber quién era imperceptiblemente llevó la conversación por temas tan abstractos que la demostraban elevada, plena, de una profunda filosofía.
Ahora yo no sabía qué admirar más, si la belleza perfecta físicamente que contemplaban mis ojos o la clara inteligencia superior a la generalidad de las mujeres de esa época o a la sutileza de un superior espíritu. Embobado la escuchaba, yo que me tildaba de ser un orador de incansable verba, mudo ahora, en sí mismo en la profundidad de sus temas decirme;
“Cuánta pena me causan todos estos seres que aturdidos en una alegría ficticia tratan de olvidar por unos instantes sus deberes que como un fardo de penalidades les puso sobre sus hombros el señor destino”.
“ Tratan de huir del drama que muchos llevan dentro y se esconden en el disfraz que más concuerda con la personalidad que les hubiera gustado ser, porque para mi la vida no es más que un vasto escenario en que cada ser representa el papel que el director nos destino les dio ya, en tragedia, drama o comedia de acuerdo con las capacidades que para representar en el teatro de la vida posee cada cual, y al caer el telón final recibirán el premio que cada cual merece por su personal esfuerzo en la mejor interpretación, Pero verás que muchos no están contentos con el papel que se les dio y ocultamente ne3nvidian el de sus compañeros que concuerdan más a sus gustos. Y así se ve en el escenario a pésimos actores ya de uno u otro sexo, descontentos y amargados, no preocupándose en lo más mínimo de hacer bien su interpretación para no sacar una mala calificación final”.
Por esto aprovechan muchos en estas oportunidades carnavalesca de ponerse el ropaje del personaje que les hubiera gustado vivir y , sin ir más lejos, tú eres uno de ellos, pues, en tu romanticismo te sientes el legendario Pierrot burlado por la colombina que sueñas enamorar dolorosamente sentimental.¿ no es así . Observa ese rey que ufano se pavonea de sus galas doradas. ¿Tu crees acaso no se siente completamente feliz de huir aunque sea unas horas del triste destino de ser hijo de un boticario de pueblo, que vino a la capital a estudiar la carrera impuesta por su padre? Que con grandes esfuerzos reúne el dinero para ello, que para este muchacho es escaso que ha tenido que privarse de otras cosas agradables para poderte arrendarse el disfraz de rey en el que alivia lo que es la realidad para él aunque sea momentáneamente. Toda esa alegría falsa, sólo aturdimiento, por eso ríen a carcajadas que no son del alma, puesto que ella está oprimida y aturdida por tanta alegría aparente y falsa.”
“Piensa. ¡Cuánto derroche de lujos, derroche que no estuviera tan dominado por el señor egoísmo botando en tanta magnificencia inútil, podría hacer mucho bien a los necesitados, a los que carecen de lo más esencial en la vida que es el pan. Si sus almas fueran más grandes y nobles , si pensaran en el sufrimiento de los que nada tienen, así como han formado un comité de fiestas para darle mas satisfacción a las pasiones de la carne, lo hubieran organizado para ir en socorro de sus semejantes, que no pueden reir como ellos porque sólo tienen de compañero al dolor, haber hecho una obra humanitaria que muchos escalones los habrían hecho subir en la escala de su evolución espiritual, pero el señor egoísmo , tan dueño de sus almas no les permite nada más que satisfacer sus caprichos, y…sordos al dolor, al hambre de los necesitados sólo buscan aturdirse en estas horas de falsa alegría. No se detienen a pensar que el destino de los humanos es como una gigantesca rueda en que van todos amarrados y los que ahora van arriba, en el lento girar de ella se encontrarán abajo , y paradojalmente si no son previsores y dan de lo que ahora tienen en remedio de lo que sufren, se encontrarán mañana en las mismas circunstancias de los que ahora sufren hambre y dolor.”
“Una de las leyes justas que rigen el Universo es la ley de la consecuencia en elm buen o mal sembrador, que en el rodar del tiempo cosecharán lo que han sembrado. LO que en su egoísmo cerraron su corazón al dolor de sus semejantes mañana sólo encontrarán soledades sus vidas y tristeza en su alma.”
“Y para las almas grandes que lamentable son pocas….esas que sufren internamente el dolor de los hermanos, y son felices haciendo la felicidad de los demás olvidándose de sí misma, cosecharán igualmente lo que han sembrado. Talvés a los que dieron no recibirán el agradecimiento ni la recompensa, pero sí la ley de compensación se encargará de devolverles con creces aquí en la tierra hasta el final de sus días y también cuando les toque morar en el plano espiritual,
Por eso al mirar a toda esta muchedumbre que trata de aturdirse para huir de la carga que el destino les dio como tarea a realizar para un tramo más de avance en su evolución espiritual pero, como no quieren de buen grado aceptar esta carga se despojan de ella en una nuche como esta queriendo aprisionar la felicidad que creen que está aquí, como el niño iluso que quiere aprisionar en sus manitas una hermosa pompa de jabón y que al tocarla se rompe dejándole un triste desencanto. Por lo mismo te digo que para la mayoría de los humanos la vida es una mascarada o como te dije antes una comedia en que por no saber adaptarse a su papel o destino son pésimos actores porque dentro de ellos excelentes condiciones no se dan la molestia de superarse, olvidándose de sí mismos para vivirle papel que en la comedia de la vida les tocó representar como destino.”.
Callose mi interlocutora, y yo, que por la profundidad de su disertación filosófica habíamos ensimismado en los conceptos que con tan clara inteligencia me exponía, seguí por un largo rato meditando en lo que me había dicho. ¿Cuánto tiempo estuve así ?.No lo sé. Pero al fin, saliendo de la concentración a donde ella me había llevado en mis pensamientos, levanté mi cabeza para mirarla y con sorpresa vi que estaba solo..
¿En qué instante ella me había abandonado ? Porque en el más leve ruido había percibido que me avisara de su partida. Se ausentó igual como había llegado sin sentirla Quise pararme y buscarla, perome sentí como amarrado a mi asiento y no pude moverme pues no fui dueño de mis miembros. ¿Y buscarla, para qué? Sentí en el fondo de mi ser que sería inútil todo esfuerzo, pues ella, tan espiritual no podía continuar allí en medio de esa alocada muchedumbre.
Deseando internamente seguir saboreando todos los acontecimientos acaecidos,esa fantástica noche decidí retirarme para, en la soledad de mi cuarto volver va vivir esos instantes que estuve en su compañía, que ya nunca más olvidaría las profundas enseñanzas que dejaron en mi alma su elevada conversación. ¿Quién era ?
¿ De donde venía?, para encontrarse esa noche conmigo en un lugar tan opuesto a su elevado espíritu y profundos pensamientos?....
Esa pregunta que también os habeis hecho en vuestra curiosidad me la hice muchas veces yo, sin hallar respuesta lógica a ella, nunca esta aventura se la comuniqué a ninguno de mis amigos porque comprendí que se hubieran reído de mí. La respuesta la recibí mucho después, nó cuando estuve con vosotros en la tierra, si no cuando por las Leyes Divinas que rigen el Universo me tocó morar en el plano espiritual donde me encuentro ahora..
Por mis facultades suprafísicas que yo ignoraba poseer, pues nunca intenté por mi escepticismo profundizar lo del más allá y que a veces puse aún en duda las enseñanzas religiosas que me hablaban de la supervivencia del alma. Ese día de la aventura carnavalesca me había conectado con una entidad del plano espiritual que aprovechando mis facultades quiso llena de bondad, darme una lección, para apartarme a tiempo de las ondas de materialismo que iban poco a poco envolviendo a mi alma y que muchas cuando las pasiones se adueñaban de mi voluntad venían a mi memoria las enseñanzas de esta amiga de ultratumba. Se que muchos no creereis esta aventura vivida por mí y lo atribuiréis a la fantasía de k ser que con su gentileza me presta su cooperación de médium. No os reprocho por esto, porque la incredulidad respeto al plano espiritual es propio del mundo en que os encontráis y del grado evolutivo que en escala espiritual ocupa cada cual pues muchos no podeis ver más allá que lo que vuestros ojos físicos os muestran igual que el ciego no puede ver el colorido del paisaje o de las flores, podrá tocarlas o palparlas, pero sólo su vista al poseerla le dará el regalo de sus hermosos coloridos. Pero debeis aceptar que no por que el ciego no vea los matices de las flores, estos no existen. El que tiene vista se extasía mirándolos y se goza de su hermosura.
Igual, en la vista espiritual o facultades con que algunos seres nacen dotados ven lo que otros no perciben concerniente a todo lo que esta fuera del plano físico
En el mundo en que os encontrais hay muchos ciegos por el materialismo y las pasiones de este plano que les impide abrir su ojos espirituales y ver el hermoso mundo oculto que esconde más bellezas que las que podeis encontrar en la tierra.
Os deseo que poco a poco vayais perfeccionando y avanzando en vuestra evolución espiritual y que las telas de materialismo que obstruyen vuestra vista vayan desapareciendo para que un día, aquí en la tierra, por medio de vuestra superación seais de los videntes espirituales en el bien de la humanidad. Un hermano que desde acá donde me 4encuentro os desea mucha bendición en fortaleza espiritual para que cada día avanceis en el sendero de vuestra evolución y las rosas florezcan hermosas en vuestra cruz,
LUZ, PAZ Y AMOR
MPC/mpc 19.03.07
Datos personales
- Mario Paez C.
- Concepción, Chile
- Tengo 71años, jubilado hace 6 años,pertenezco a dos conjuntos folclóricos de la tercera edad, separado y en una relación seria reciente, 6 hijos, 6 nietos, 1 bisnieto.
Soy un Ingeniero Civil Metalúrgico de 70 años, amante de la Teosofia con algunas experiencias metafísicas.
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lunes, 19 de marzo de 2007
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