UN BOCETO DE MI MADRE, MARUJA CIFUENTES
Nombre real: María Cifuentes Soto
Fecha de nacimiento: 01.06.1913 Fecha de defunción: 30.08.89
La conocí toda mi vida. Fue padre y madre para mi. Con su inestable trabajo de actriz radial, teatral y finalmente de televisión , logró hacer de mi un Ingeniero Civil Metalúrgico.
Su vida se desenvolvió en lo económico entre el teatro, la radio y la TV.
Se inició cantándole a los presos y cantándole a la gente en los centros obreros, dentro de un conjunto artístico llamado Arturo Alesandri Palma, en 1920, cuando aún no cumplía 8 años. Luego se dedicó a recitar, obteniendo en esta disciplina su primer premio. A los 17 años se hizo profesional en el campo del arte escénico. Por su calidad y popularidad alcanzó los más altos galardones, sin más padrinos que su talento.
Derramaba alegría, dulzura, amor. Como hijo, al jubilar ella le supliqué que se fuera a vivir conmigo, para devolverle con creces cuánto le debía, pero no aceptó esta proposición Prefirió vivir sola, con sus 75 años muy cumplidos y trabajados (casi 76) , haciendo teatro o TV. Pero eso no era todo lo que hacía.
En 1977 trabajó en el programa radial La mama” en el cual se radioteatralizaba algún conflicto humano y se analizaba. El programa terminó, pero ya se había formado un puñado de unas 30 auditoras, almas caritativas que, al margen de la radioemisora se encargaban de recopilar mes a mes víveres y ropas para los niños deficientes mentales del Hospital Psiquiátrico de Putaendo que cobijaba a los deficientes mentales olvidados no sólo de la sociedad sino que de hasta sus propias familias.
Secretamente y por más de 12 años iban a aliviar las necesidades de aquellos menores deficientes mentales , olvidados , dándole no sólo la vestimenta sino también amor.. Nunca recopilaron dinero. Sólo víveres y ropa usada. Costeaban de sus bolsillos hasta los pasajes y almuerzos durante las visitas a ese centro hospitalario.
Los otros domingos recorría los hogares de ancianos de Santiago con otro grupo de almas caritativas y repartían víveres, comprados con sus propios y escasos recursos. Repartían principalmente mucho amor, visitándolos y acompañándolos. En más de una oportunidad la coronaron reina de los ancianos, saliendo su coronación en los diarios de la época. Dios la llamó a formar parte de sus filas en 1989.
A los 75 años había sido contratada por todo el año por el Teatro Itinerante, dependiente de la Universidad Católica. Ensayó y debutó con completo éxito de crítica . Estaban todos felices con ella. Pero Dios dijo la última palabra. De una aguda paraplegia y un violento cáncer pulmonar su vida se consumió como un cirio, en seis meses, milagrosamente sin dolor , con una paz que sólo Dios puede haberle regalado. No dejó nada material, porque todo lo dio en vida.
Cumplió el sueño de su vida, terminar su carrera actuando sobre un escenario entregando su don a los demás. Sin poseer nada material fue inmensamente feliz . Amaba su trabajo y era feliz trabajando . Prefirió el SER al TENER. Yo, como hijo y sus nietos y bisnietos la disfrutamos muy poco en persona, pero en esos breves encuentros nos llenaba de amor. Así fue mi madre.
Pero ella es el ejemplo de tantas madres ¿Quién no ha tenido o tiene una madre?
Hoy, hace muchos años que su cuerpo se durmió en la Paz del Señor y comprendo cuán válido es el celebrar “EL Día de la Madre”, a pesar que ellas son madres todo el año.
Cada uno tiene su madre, la propia. No esperemos este momento, cuando ya no están, para expresarles todo cuanto significan y cuánto valen. Háganlo mientras aún están vivas y pueden recibir nuestro reconocimiento. Se lo merecen y con creces. Tuve un colega, compañero de trabajo, que perdió su madre tras un accidente cardiovascular y me decía que lo que más sentía era que no tuvo la oportunidad de decirle a su madre cuanto la quería y cuan agradecido estaba de sus sacrificios a los cuales debía su título de profesional y su situación
económica actual....pero ya era tarde. Su madre se le fue y él se quedó con esa pena. Consciente que yo todavía tenía mi madre viva aunque viviendo a 500 km de distancia ,decidí escribirle la más bella de las cartas, diciéndole cuanto la amaba y cuan agradecido estaba por todos los sacrificios hechos por ella para hacer de mi un hombre de bien. Yo quedé así tranquilo con mi conciencia. ¿Y usted?........
Un hijo agradecido. Mario Páez Cifuentes.
MPC/mpc 29.02.07
Datos personales
- Mario Paez C.
- Concepción, Chile
- Tengo 71años, jubilado hace 6 años,pertenezco a dos conjuntos folclóricos de la tercera edad, separado y en una relación seria reciente, 6 hijos, 6 nietos, 1 bisnieto.
Soy un Ingeniero Civil Metalúrgico de 70 años, amante de la Teosofia con algunas experiencias metafísicas.
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miércoles, 28 de febrero de 2007
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